Propongo un ejercicio de imaginación. Situémonos en la mañana del lunes 6 de junio, donde como cualquier otra mañana de lunes, nos deberemos levantar para ir a trabajar.
No voy a hablar de qué va a pasar si ella o si él ganan. No más sobre políticos, por favor.
Mi ejercicio viene porque me interesa un tema de fondo más importante, que tiene que ver con qué va a pasar con aquellos que estuvieron en contra de la o el ganador y qué va a pasar con los que estuvieron a favor.
Qué va a pasar con los vencidos, cómo van a reaccionar los ganadores frente a ellos. Y al hablar de los vencedores no sólo me refiero a quienes compondrán el gobierno, me refiero a la gente que nos rodea, a aquellas personas que han sabido sobre la posición política de tal o cual. Lo mismo me pregunto sobre lo que va a suceder con el grupo de personas que han optado por apoyar a la o a él candidato en el momento que él o ella tomen la primera medida impopular. Sobre quién o quiénes caerán las represalias.
_________
Leo impactada, incrédula ante tanta brutalidad las declaraciones que un amigo cercano al instruído más no inteligente Phillip Butters, hizo respecto a su justificación de por qué acogotó a Carlín. La verdad es que no soy una fan de ninguno de los dos. Pero creo que este es un claro ejemplo que me da pie para que analicemos cómo existen seres que se sienten con una autoridad moral, seguramente asignada de manera divina, para patear, agredir o insultar al otro, al que no nos gusta.
Butters insiste, según lo que Carlos Salinas, director del diario Líbero, afirma en su cuenta de Twitter; que su reacción está justificada porque "ese payaso le quiso agarrar la mano". Además hace mención al tono amanerado con la que Carlín lo saludó. Este es un terreno pantanoso, oscuro, subjetivo y perceptual. Para Carlín, él se acercó a darle la mano para cerrar distancias sobre un incidente que ya había ocurrido hace varias semanas; para Butters, Carlín se acercó a agarrarle la mano.
_________
Cada día leo con más estupor cómo estamos polarizándonos, buscando responsabilizar a alguien, quien sea, de nuestras propias frustraciones, insatisfacciones, deseos ocultos no satisfechos, respecto al panorama político. El chisme de Lan, tratar de convertir un comentario sobre el control de contenidos para niños en internet, en una bomba equivalente al control de los medios, etc.
La disputa no es por quien vaya a gobernar, ésta se ha convertido en una disputa ideológica, moral, ética, principista.
Claro queda que para muchos electores ninguno de los dos candidatos dan la talla; claro queda que como es de suponer, unos sentirán más simpatía por uno o una que por otro u otra. Sin embargo lo que queda menos claro cada día es que las reglas de este juego llamado democracia, suponen que esto suceda. Las reglas de la democracia, suponen que alguno de los dos candidatos vaya a ganar, suponen que en el momento en que optamos por votar y al hacerlo suscribir ese contrato social,debemos siempre asumir una posible derrota de la o del candidato que más nos gusta o menos nos disgusta.
___________
Yo ahora si siento miedo y mi temor no es porque alguno de los dos candidatos gane. Antes de estas elecciones el país estaba fracturado en realidades disimiles que no quisimos tomar en cuenta, hoy esa grieta social se ha multiplicado para convertirse en múltiples abismos donde escucho y leo violencia en el nombre de temas tan complejos como la ética, los sentimientos nacionales, los valores económicos y los valores morales.
A Cecilia Blume la amenazaron de muerte esta semana, por criticar el plan de gobierno de Humala. Pero si esto sucede y nos molesta,intimida e indigna, debemos ser consecuentes. En paralelo, esta semana también he leído en posts de muchas personas, que sin asco alguno, reclaman por que alguien mate a Humala, así lo escriban "en broma".
Creo que ante este panorama, es absolutamente necesario que nos detengamos a pensar si queremos seguir el ejemplo del Sr. Butters, quien por mucho que haya leído, sigue dictaminando a la gente y a su propio comportamiento por impulsos y creencias que más tienen que ver con un miembro de la santa inquisición o un simple matón de barrio. Ahí no se sospecha el mínimo respeto al prójimo. Insisto que a alguien así, de nada le sirve su instrucción si es que no es capaz de demostrar la más mínima cultura.
Yo no se que candidato vaya a ganar, pero si se que si no hacemos un esfuerzo por entender que gane quien gane, los puñetazos, las patadas ni las balas son la respuesta, eso será lo que recibiremos multiplicado por muchos números más.